Enigmáticos, independientes y profundamente perceptivos, los gatos han convivido con los humanos durante siglos, rodeados de mitos, curiosidades científicas y una conexión emocional difícil de explicar. En el marco de una creciente admiración por estos felinos, vale la pena conocer más sobre su particular forma de ver el mundo… y protegernos.
Lenguaje felino: Cuando un miau dice más que mil palabras.
Los gatos no se comunican entre sí con maullidos: el "miau" es exclusivamente para los humanos. Si un gato te lame el rostro o las manos, es una señal de afecto y pertenencia. Si se da vuelta y te muestra la espalda, confía tanto en vos que está dispuesto a bajar la guardia.
Cuando te frota el cuerpo, te está marcando con su olor. Y si levanta su cola erguida, te está saludando con afecto.
Psicología y sentido de propiedad felino.
Los gatos creen que son los dueños de la casa, y no es arrogancia: es naturaleza. Son extremadamente observadores, distinguen tonos de voz —prefieren los más agudos, como los de las mujeres— y duermen entre 16 y 18 horas al día, aunque siempre alertas.
A diferencia de los perros, no entienden el castigo, pero sí aprenden mediante refuerzos positivos. Además, su ronroneo funciona como un calmante natural, útil tanto cuando están enfermos como cuando te sienten triste.
Datos asombrosos y unicos.
- Cada nariz de gato tiene un patrón único, como las huellas dactilares humanas.
- Caminan moviendo las patas delanteras y traseras del mismo lado —algo que sólo comparten con jirafas y camellos.
- Los gatos tricolores y cuadricolor son casi siempre hembras; los machos de este tipo suelen ser estériles.
- Su visión nocturna es excelente, sus orejas detectan sonidos ultrasónicos y pueden oler la comida en tu ropa.
- Odian los cítricos.
- El chocolate es tóxico para ellos. Gatos y lo invisible.
La planta Nepeta Cataria, conocida como menta de gato, produce efectos eufóricos y placenteros por unos minutos. Pero hay algo más: muchas personas creen que los gatos vibran en una frecuencia energética elevada, perciben el peligro antes de que llegue, y protegen silenciosamente a sus humanos.
No es casualidad si un gato aparece en tu vida. Si se queda, tal vez tenga una misión contigo. Si se va, quizás entiende que estás bien y es momento de cuidar a otro.
Tener un gato no solo es compartir el hogar con un animal: es formar un vínculo ancestral, sensible y profundamente protector.
Redacción Aljaba Comunicación