El Pucará de Tilcara se encuentra ubicado en el tramo medio de la Quebrada de Humahuaca (Provincia de Jujuy, Argentina). El sitio se asienta al sur de la confluencia entre el río Huasamayo y el río Grande, sobre un relicto de conoide cuaternario de aproximadamente 70 metros de altura, a una cota máxima es de 2525 msnm.
La evidencia disponible indicaría que los primeros habitantes se habrían asentado sobre los faldeos bajos entre el 1100 y el 1300 dC (Madrazo 1969; Rivolta2004), aunque se plantea la hipótesis de que las primeras ocupaciones pueden ser mucho más antiguas, alrededor del 700 y 900 dC (Tarragó y Albeck 1997).
Existió una ocupación efectiva de los inkas en el Noroeste Argentino. La ocupación inicial puede ser más antigua, sustentándose en un fechado de 1160 ± 70 AP. A partir del siglo XI la población del Pucará de Tilcara se expandió desde los faldeos bajos hasta la cúspide, ocupando todo el morro, con anterioridad a la conquista inkaica.
Durante la ocupación inka (1430-1536 dC), se pueden identificar dos áreas donde se concentran los edificios inkaicos: en la cúspide se ubicaba un barrio de elite y artesanos especializados en producción de bienes suntuarios (Krapovickas 1981- 1982) y en la terraza superior las construcciones inka se asocian a una gran plaza.
Los inkas ocuparon la región a principios del siglo XV, generando profundos cambios en la función de los sitios hegemónicos de la Quebrada de Humahuaca. La presencia de edificios inka y las modificaciones en la arquitectura local han sido los indicadores más sólidos para evaluar los cambios generados durante la anexión al Tawantinsuyu.
La ocupación inka en el Pucará de Tilcara se sustenta por la presencia de talleres de artesanos especializados, que se emplazaban en la cúspide del sitio (Krapovickas 1981-1982).
Durante la ocupación inka (1430-1536 dC) se pueden identificar dos áreas donde se concentran los edificios inkaicos: en la cúspide se ubicaba un barrio de elite y artesanos especializados en producción de bienes suntuarios (Krapovickas 1981- 1982) y en la terraza superior las construcciones inka se asocian a una gran plaza.
Todavía se desconoce el proceso de desocupación del Pucará de Tilcara, pero en el año 1595 se registra la primera asignación de encomienda para Tilcara y la captura del curaca tilcareño Viltipoco, con lo cual se asienta la reducción en el espacio donde hoy se ubica el pueblo de Tilcara.
El control español en la zona comienza con la fundación de la ciudad de Salta en 1582 y se reforzó con la tercera fundación de la ciudad de San Salvador de Jujuy en 1593, ya que los dos primeros intentos fracasaron debido a la resistencia de los indios quebradeños.
El avance sobre esta región tuvo el objetivo de controlar la ruta desde Tucumán hacia los centros mineros de Potosí y el altiplano meridional.
En líneas generales la Quebrada de Humahuaca ha sido definida como una zona marginal, sin riqueza minera en la cual el principal rédito de las encomiendas era el acceso a la mano de obra indígena.
La historia de los últimos tiempos del Pucará, está muy ligada a la del cacique Viltipoco: los estudios arqueológicos han demostrado que estuvo habitado hasta los primeros días de la conquista y que fue abandonado después de la desaparición del gran jefe de la Quebrada.
La pirámide del Pucará de Tilcara
Una obra polémica
En las décadas de 1920 y 1930, aún resonaban los ecos de ciertos intereses nacionalistas por crear una cultura propia que diferenciara a la Argentina de sus países vecinos. Junto a la participación de la elite jujeña, quizás uno de los puntos más sobresalientes haya sido la intervención de Martín Noel para el diseño y construcción del monumento: la pirámide de Pucará.
Noel (1888-1963) fue un destacado arquitecto e historiador argentino, pionero en la creación del arte nacional, escribe Clarisa Otero, del Instituto Interdisciplinario Tilcara, FFyL –UBA.
Con el propósito de homenajear a Ambrosetti y Debenedetti, en la cima del poblado, a manera de monumento, se construyó una pirámide trunca de grandes dimensiones. Al levantar esta pirámide, se destruyeron numerosas viviendas y talleres arqueológicos (Zaburlín 2006), que en un eufemismo Casanova describió como “escasos restos de construcciones antiguas”.
Durante la obra teatral y ballet, titulada Viltipoco, escrita por el poeta jujeño Marcos Paz, que se presentó en el Pucará en 1970, Casanova mencionó en el discurso inaugural: “este viejo pueblo indígena, hoy en parte restaurado para hacerlo revivir como era en sus días de esplendor cuando Viltipoco, el gran último de los caciques de los Omahuacas, tenía en él uno de sus principales reductos.
Esta pirámide fue confeccionada en grandes rocas y cemento. El alto total del monumento alcanza los cuatro metros, lo que permite que se vea notoriamente desde diversos puntos del Pucará así como desde el pie del poblado y de la Ruta Nacional que circunda el sitio.
Emulando a los templos mesoamericanos, Martín Noel construyó a la pirámide de cuatro caras sobre una gran plataforma, que a su vez presenta una importante escalinata para acceder a la cara frontal de este monumento. Allí se encuentra ubicada una placa recordatoria de la labor de Ambrosetti y Debenedetti. Esta gran placa se sostiene en un marco en sobrerrelieve trabajado en piedra, creando así la imagen de un portal que pareciera simular los ingresos de los grandes templos mayas.
Este tipo de sobrerrelieve, de líneas rectas, también se registra en algunas puertas incaicas como las que presentan varios recintos del sitio arqueológico de Ollantaytambo en Perú.
Asimismo, las ventanas ubicadas en el frente de este monumento, sin llegar a ser trapezoidales, recuerdan a las aberturas y nichos que se encuentran en numerosos de los grandes poblados incaicos de los Andes centrales.
Noel priorizó en esta obra la utilización de las características artísticas y arquitectónicas de las grandes civilizaciones precolombinas, como la maya, azteca e inca.
Fuentes:
-Clarisa Otero: Instituto Interdisciplinario Tilcara, FFyL –UBA
- María Amalia Zaburlín: Historia de ocupación del Pucará de Tilcara (Jujuy, Argentina)
Vía Siente Jujuy