Un llamado a la reflexión: Menores y el delito.

La problemática de los menores que delinquen es una realidad compleja y multifactorial que nos interpela como sociedad. Lejos de soluciones simplistas o punitivistas, este fenómeno exige un análisis profundo y una mirada comprensiva que involucre a todos los actores: familia, escuela, instituciones y comunidad en su conjunto.
¿Qué lleva a un menor a delinquir?
No hay una respuesta única a esta pregunta, ya que cada caso es particular y está influenciado por diversos factores. Sin embargo, entre las causas más comunes se encuentran:
- Vulnerabilidad social: pobreza, exclusión, falta de oportunidades y exposición a la violencia.
- Familias disfuncionales: hogares con problemas de comunicación, violencia intrafamiliar, ausencia de figuras de autoridad o modelos positivos.
- Problemas en la escuela: fracaso escolar, bullying, falta de contención y oportunidades.
- Influencia de pares: presión de grupo, búsqueda de pertenencia y aceptación.
- Trastornos mentales: depresión, ansiedad, impulsividad o dificultades de aprendizaje.
¿Cómo abordar esta problemática?
La respuesta no es sencilla, pero requiere de un enfoque integral que combine prevención, intervención y reinserción social. Algunas estrategias clave incluyen:
- Políticas públicas: invertir en educación, salud, vivienda y programas sociales que promuevan la inclusión y la igualdad de oportunidades.
- Fortalecimiento familiar: brindar apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad, promoviendo la parentalidad positiva y la resolución pacífica de conflictos.
- Escuela inclusiva: crear entornos escolares seguros y acogedores, donde los menores se sientan escuchados, valorados y contenidos.
- Justicia juvenil restaurativa: priorizar medidas socioeducativas que busquen la reparación del daño causado y la reinserción social del menor, en lugar de su encarcelamiento.
- Atención especializada: garantizar el acceso a servicios de salud mental para menores con problemas de conducta o trastornos emocionales.
- Participación comunitaria: involucrar a la comunidad en la prevención del delito juvenil, promoviendo actividades recreativas, deportivas y culturales que ofrezcan alternativas positivas a los menores.
Un compromiso de todos
La problemática de los menores que delinquen no es un problema aislado, sino un reflejo de las desigualdades que atravesamos como sociedad. Por lo tanto, su abordaje requiere de un compromiso colectivo, donde cada uno asuma su responsabilidad y aporte desde su lugar.
Es fundamental dejar de lado los prejuicios y estereotipos, y comenzar a ver a estos menores como personas en situación de vulnerabilidad que necesitan apoyo y oportunidades para desarrollarse plenamente. Solo así podremos construir una sociedad más justa e inclusiva, donde todos los niños, niñas y adolescentes tengan la posibilidad de construir un futuro mejor.
Redacción Aljaba Comunicación
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